Filosofía Pixar: lo imperceptible

La idea unificadora no es el lujo, sino el espíritu de comunidad.

Ed Catmull

Lo que hace especial a Pixar es la aceptación de que siempre van a tener problemas, muchos de ellos ocultos a simple vista; y trabajan duro para expresarlos, aunque los haga sentir incómodos; y que, si encuentran un problema, enfocan todas sus energías hacia su resolución.

Su empeño en el trabajo es bajo un principio: si hacemos algo que a nosotros nos gustaría ver, otros también querrán verlo. Hoy en día, son puestos como ejemplo de lo que ocurre cuando los artistas confían en su instinto.

El dinero es una simple forma de ver una empresa floreciente y por lo general no la más significativa. Para ellos, lo más gratificante es lo que han creado y pueden crear.

Muchas empresas pueden ascender y otras quebrar. Los negocios cambian conforme cambia la tecnología, pero lo que debe llamar nuestra atención es como los líderes de cada empresa se concentran tanto en competir que nunca reflexionan a fondo sobre las fuerzas destructivas que emplean en esa competencia. Muchas veces, las empresas nos están en crisis por cambios tecnológicos o económicos, sino por las decisiones de los mismos dirigentes.

Los primeros en tener claro su papel deben ser los líderes. Su tiempo debe ser dedicado a crear una cultura creativa sostenible y no solo enfocarse a las actividades de cada empresa en particular. Cuando pasan su atención en la resolución de problemas técnicos a comprometerse con una filosofía de gestión con fundamentos, en ese momento vuelven a encontrar el entusiasmo de seguir superando retos.

Todo el mundo tiene el potencia de ser creativo, cualquiera que sea la forma que adopte esa creatividad, estimular tal desarrollo es algo noble.

Los mejores directivos reconocen y reservan un espacio para lo que desconocen, no solo porque la humildad es una virtud, sino porque los grandes avances solo suceden hasta que se adopta esa mentalidad. Los directivos deben relajar los controles, no endurecerlos. Deben aceptar el riesgo; deben confiar en las personas con las que trabajan y esforzarse por despejarles el camino; y deben prestar siempre atención y hacer frente a todo aquello que produzca miedo. Por encima de todo, los líderes de éxito deben asumir la realidad de que sus modelos pueden estar equivocados o ser incompletos. Solo cuando admitimos lo que desconocemos podemos confiar en aprenderlo.

Comprender que identificar esas fuerzas destructivas no es un ejercicio filosófico. Es una misión crítica y de prioridad.

Ed Catmull

Fuente: Ed Catmull. (2014). Creatividad S.A.. Barcelona: Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.

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